22 de marzo de 2019

¿Por qué se han multiplicado las transferencias SEPA en España?


Las transferencias SEPA, que se realizan dentro de la Unión Europea y con algunos otros países fuera de ella, se han catapultado en España hasta rebasar los 1.200 millones de euros. Su fuerte amplitud geográfica y sus requisitos normativos y técnicos son algunas de las razones del éxito.

Las cifras no dejan lugar a muchas dudas. Según el Sistema Nacional de Compensación Electrónica, el valor de las transferencias SEPA españolas estuvo a punto de duplicarse entre 2005 y 2018. Pasó de más 600 millones de euros a más de 1.200 millones de euros en tan solo trece años. Estos envíos de dinero han alcanzado una popularidad inmensa en nuestro país entre los particulares, las empresas e incluso las multinacionales de todos los tamaños. Si en 2005 representaban poco más de un tercio de las operaciones, en 2018 ya superaban el 65%.

Una de las causas de semejante éxito es la considerable cantidad de países entre los que se pueden realizar las transferencias. Hablamos de 36 estados, que incluyen los 28 miembros de la Unión Europea, los de la Asociación Europea de Libre Comercio (Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza) y, por último, Mónaco, San Marino, Andorra y la Ciudad del Vaticano. Hay que matizar dos cosas: primera, los territorios de ultramar (en regiones como Oceanía o el Caribe) de Francia, Países Bajos y Reino Unido están excluidos; y segunda, las transferencias, con independencia del lugar de envío y recepción, deben estar siempre denominadas en euros.

Otra ventaja de las transferencias SEPA es que los vínculos de los estados que las utilizan son, por lo general, muy estrechos (Francia y Alemania son los dos principales orígenes de las importaciones españolas y también los principales destinos de nuestras exportaciones). Además, están próximos geográficamente, tienen, normalmente, una cultura y unas instituciones parecidas y, por fin, los intercambios, tanto en bienes y servicios como en inversiones, suelen ser abundantes. Muchas empresas europeas, decenas de firmas españolas entre ellas, se han desplegado o poseen socias en varios de esos 36 estados. Todo ello las lleva a enviarse, casi continuamente, dinero entre sí.

Hemos hablado de instituciones parecidas pero, en realidad, es mucho más. La Unión Europea ha creado, en los últimos años, una Zona Única de Pagos en Euros (que es lo que significan la siglas SEPA en inglés), donde las transferencias ocupan un lugar de privilegio. Esta zona impone unos requisitos regulatorios y técnicos homogéneos y muy estrictos a sus miembros y, precisamente por eso y por avances en seguridad como la implantación del código IBAN, las empresas que aprovechan sus ventajas se sienten más tranquilas. Saben que Bruselas exige que, con las transferencias SEPA, enviar dinero a Mónaco, San Marino o Ciudad del Vaticano sea igual que hacerlo a Alemania, España o Italia.

Las empresas también se han beneficiado de que el dinero llegue de un país a otro más rápido que antes. Aunque un día hábil es lo máximo que debería tardar, es cierto que pueden existir retrasos de un día adicional dependiendo de la hora a la que se envíen las transferencias, que, por supuesto, no tienen límite ni de importe ni de beneficiarios simultáneos.

Esta velocidad jamás se habría producido a costes y precios razonables sin la explosión de la competencia entre entidades que ha generado la Zona Única de Pagos en Euros. Las firmas tecnológicas también han influido ayudando a incendiar la revolución digital de los medios y de pago y cobro, que ha multiplicado la eficiencia y la comodidad de las transacciones electrónicas. Cualquier responsable financiero puede realizar o programar las suyas desde un dispositivo móvil y con la máxima seguridad desde la banca electrónica.

Como se ve, son muchos los elementos que ayudan a explicar el éxito y la utilidad de las transferencias SEPA. La amplitud geográfica, la proximidad e integración comercial de los países que pueden enviarlas y recibirlas y la seguridad de un marco regulatorio como el de la Zona Única de Pagos en Euros han sido factores fundamentales. Sus ventajas operativas, desde la mayor velocidad hasta el menor coste, también han influido. Por último, la creciente internacionalización de las empresas españolas y la llegada de multinacionales extranjeras a nuestro país, con el notable impulso que supuso la recuperación de la crisis, han terminado de catapultar el valor de las transferencias SEPA hasta cifras elevadísimas.

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Fuentes: Informe Sistema Nacional de Compensación Electrónica, Banco de España; European Central Bank, SEPA Countries; The Observatory of economic complexity (OEC); España; European Commision, Single euro payments área (SEPA); Artículo ¿Cuánto tarda una transferencia bancaria en llegar a su destino?, Eroski Consumer; y elaboración propia.

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