Tendencias & Actualidad // 03 de febrero de 2022

Criptomonedas: Mucho riesgo y escaso papel diversificador

El año 2022 ha comenzado con una fuerte volatilidad en los mercados. El cambio de rumbo en la política de la Fed, que apunta ahora hasta 4 subidas de tipos este año además del inicio de la reducción de su balance, ha tenido consecuencias no sólo en las bolsas, que cierran en enero con importantes retrocesos, sino también en otros activos. Este es el caso de las criptomonedas, un activo muy de moda en los últimos meses (sobre todo entre los inversores jóvenes) y que desde los máximos de noviembre ha sufrido caídas cercanas al 50%.
¿Qué son las criptomonedas? Son monedas virtuales que se compran y venden a través de internet y que, aunque en ocasiones se presentan como una alternativa al dinero legal, no tienen legalmente la consideración de medios de pago. Es decir, no están sometidas a ninguna regulación que proporcione garantías y protección similares a cualquier producto financiero, ni tampoco cuentan con el respaldo de ningún banco central, ni cuentan con la protección de ningún tipo de garantía. Son por lo tanto instrumentos complejos, con una evolución altamente especulativa, y que no están respaldados por ningún organismo público o privado.
Pese a ello, el interés de los pequeños ahorradores por las criptomonedas en los últimos años ha ido creciendo de forma exponencial, alentados por las promesas de alta rentabilidad. Con la caída de los últimos meses, se han puesto de manifiesto los riesgos de estos activos.
 ¿Por qué estas caídas? Realmente es difícil saberlo, pero uno de los factores que probablemente ha pesado más ha sido la subida de las rentabilidades de la deuda. A primeros de octubre, cuando el valor del Bitcoin superaba los 60.000 USD, la rentabilidad del bono del Tesoro americano a 10 años se situaba en el 1.45%, y las del bono alemán a 10 años en el -0,22% y las perspectivas apuntaban a que, si acaso, la Fed podría subir los tipos de interés una vez a finales de 2022 y el BCE ninguna. Ahora, se esperan entre 4-5 subidas de tipos por parte de la Fed en 2022, y hay quienes especulan con una subida de tipos del BCE. El resultado, los activos refugio suben en rentabilidad: la del bono del Tesoro americano a 10 años ha llegado a alcanzar el 1,87%, y la del bono alemán al mismo plazo escala hasta terreno positivo por primera vez desde primavera de 2019. Esto hace que se reduzca el atractivo de las criptomonedas como fuente de rentabilidad.
Otro factor que puede empezar a pesar es la regulación. En España la CNMV implantará a partir de mediados de febrero una nueva normativa sobre la publicidad de este tipo de activos, advirtiendo que tiene que ser “clara, equilibrada, imparcial y no engañosa”, además de estar redactada en un “lenguaje sencillo y fácil de comprender”, de forma que se evite las falsas esperanzas de rentabilidad. Otros países europeos, así como EEUU, están también ampliando la regulación de estos activos. Por último, pero no menos importante, en un mundo cada vez más “verde” y con inversores preocupados por la sostenibilidad, el masivo uso de energía utilizado por los “mineros” situados en Islandia y otras regiones frías, puede ser un freno de cara al futuro.
Teniendo esto en cuenta, algunos analistas apuntan razones de diversificación para justificar la inversión en criptomonedas. No obstante, a tenor de lo ocurrido en las últimas semanas, no parece que este papel diversificador se haya cumplido. Muy al contrario, parece que la correlación entre criptomonedas y bolsas es muy alta, al menos en periodos de alta volatilidad en el mercado. En los últimos 40 días, se observa una correlación entre el Bitcoin y el Nasdaq del 66%, mientras que su correlación con uno de los activos diversificadores más usado, como el oro, es prácticamente cero.
En resumen, la inversión en criptomonedas ha demostrado ser una inversión altamente especulativa, bastante ilíquida y cuyas valoraciones son difíciles de justificar al no tener detrás ningún tipo fundamental. Suele subir con fuerza en periodos cortos, y coincidiendo con momentos de mercado alcista, mientras que su rentabilidad es complicada en momentos como el actual, con mercados laterales con cierto sesgo alcista. Mucha cautela a la hora de invertir en los mismos.

Fuente: Bloomberg, datos a 2 de febrero.

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