Las criptomonedas cuentan ya con más de 40 años de historia. Sin embargo, fue el libro blanco de Satoshi Nakamoto en 2008 el que marcó el inicio del bitcoin tal y como lo conocemos hoy. El pasado 10 de enero de 2024, la Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC) aprobó los primeros ETF de bitcoin al contado, lo que supone un paso hacia la institucionalización del bitcoin y la mejora de su invertibilidad. No obstante, la inversión en bitcoin sigue siendo de un elevado riesgo, en el que puede haber grandes ganancias, pero también un pérdida total del capital por lo que sólo debería ser una opción para inversores profesionales y en una parte muy pequeña de la cartera.

El vehículo eléctrico (VE) sigue creciendo. Se espera que las ventas mundiales de este tipo de automóviles se aproximen a unos 90 mn.uds. en 2024, a medida que los precios retrocedan. Las tendencias a largo plazo siguen intactas, como el fuerte apoyo político y la ambición de los fabricantes de China, Europa y EEUU de alcanzar una cuota de ventas de VE del 50% para 2030. No obstante, la falta de modelos asequibles, los altos tipos de interés y la saturación de la demanda inicial podría frenar su crecimiento a corto plazo.

La digitalización ha transformado muchos elementos de la sociedad, no sólo mejorando la comunicación, la innovación y la eficiencia, sino también generando importantes preocupaciones en materia de privacidad y medio ambiente. Para los inversores, la digitalización ofrece una amplia gama de alternativas de inversión, con actividades empresariales como la computación en nube, la Internet de las Cosas (IoT), el entretenimiento digital y otras que muestran un potencial de crecimiento sustancial, aunque sus valoraciones y retos varían.

Las necesidades futuras de inversión en infraestructura serán enormes. Las prioridades pueden variar de una región a otra. En el caso de los mercados desarrollados, una prioridad inmediata es corregir las deficiencias de las infraestructuras existentes partiendo de una base fiscal ya sobrecargada y que es probable que continúe limitada a causa de un lento crecimiento.

Las ventajas de esta transformación son casi evidentes. Una Economía Azul Sostenible proporcionaría beneficios sociales y económicos para las generaciones actuales y futuras… y regeneraría, protegería y mantendría ecosistemas diversos, productivos y resilientes.

Este informe explora el reto fundamental al que nos enfrentamos en la actualidad: cómo producir y utilizar la energía de una forma más sostenible y menos destructiva para el mundo que nos rodea. La transición energética implicará un cambio en la forma en que distribuimos, almacenamos y consumimos la energía.

La renta variable de los mercados emergentes arrancó con fuerza en enero. El fuerte repunte podría limitar el potencial a corto plazo, pero un entorno macroeconómico más favorable que en 2022 debería servir de apoyo en el futuro.

Los recientes descensos de las tasas de inflación en diciembre sugieren que el impulso de los precios en la zona del euro puede haber tocado techo. Sin embargo, la relajación de la inflación oculta presiones persistentes sobre los precios, razón por la cual el BCE debe permanecer vigilante.

Las consideraciones de sostenibilidad y seguridad, el mayor apoyo político y el desarrollo tecnológico están haciendo de las infraestructuras europeas un foco de inversión. Las inversiones tradicionales a mayor escala irán acompañadas de un creciente énfasis en proyectos más pequeños y medianos, con implicaciones para la gestión de las carteras.

En 2021 realizamos nuestra primera encuesta sobre la actitud de nuestros clientes hacia las inversiones ESG. Queríamos entender su opinión sobre la relevancia de los criterios ESG en las carteras y la importancia relativa que tenían para ellos los diferentes aspectos ESG. Identificamos asimismo ciertas diferencias en dicha actitud en función de los distintos grupos de edad y entre hombres y mujeres.