HABLANDO DE INVERTIR
Junio 2024 • Alejandro Vidal

La importancia de la planificación patrimonial

En el ámbito de las finanzas, alcanzar la estabilidad y la prosperidad, así como mantenerla en el futuro, es sinónimo de éxito y tranquilidad. En este cuarto episodio de Referentes de Inversión explicamos las claves de la planificación patrimonial y su papel determinante como guía en las decisiones económicas.

Referentes de Inversión: ¿en qué consiste la planificación fiscal y financiera?

La planificación fiscal y financiera es el primer paso para tomar decisiones sólidas (respaldadas por el buen asesoramiento de nuestro gestor patrimonial) que garanticen nuestra seguridad y prosperidad financiera, sirviendo como guía en el corto, medio y largo plazo. Actualmente, vivimos un auge del interés por la educación financiera que destierra mitos clásicos como el que nos hace creer que la planificación patrimonial está reservada solo a grandes riquezas. La realidad es que todos debemos hacernos cargo de nuestro futuro financiero, ya sea para afrontar situaciones desfavorables, disfrutar de una buena jubilación o garantizar un buen legado a nuestros sucesores.

Como bien se señala en este episodio de “Referentes de Inversión” en el mundo de las finanzas y de cara a garantizar nuestro bienestar futuro, “no hay mayor riesgo que no asumir ningún riesgo con nuestro dinero”. La metáfora de comparar nuestro patrimonio con un jardín funciona perfectamente para hacernos ver que la planificación conlleva diferentes prácticas. Desde las inversiones, que son la siembra, a la planificación fiscal y financiera, que podemos comparar con el riego del jardín, pasando por la gestión de riesgos civiles y regulatorios, que representa la protección ante imprevistos, o la planificación patrimonial y sucesoria, que es la que consigue que el jardín crezca y florezca en el futuro.

¿Qué pasos debemos seguir para realizar una buena planificación fiscal y financiera?

A grandes rasgos y de cara a obtener una visión general, podríamos resumir esta planificación en:

  • Análisis financiero actual: contabilizar ingresos y gastos y patrimonio neto, revisar aspectos como la rentabilidad, la liquidez o la solvencia, tener en cuenta activos y pasivos, nuestra capacidad para generar efectivo, el ritmo de gasto…
  • Fijar objetivos fiscales y financieros: tanto a corto plazo, velando por la liquidez y por reducir gastos, a medio plazo, invirtiendo en los activos adecuados para cada cartera y a largo plazo para asegurar una última etapa vital óptima a nivel económico.
  • Poner en práctica estrategias de inversión: con foco en la diversificación y en la evaluación del perfil de riesgo.
  • Revisión de aspectos fiscales: desde reducir la carga impositiva a través de deducciones o créditos de impuestos a prever y optimizar pagos de impuestos.
  • Fijar un presupuesto de gasto que vaya en línea con los objetivos de nuestro plan.
  • Planificar una herencia óptima que cuente con todos los documentos legales necesarios y que estudie aspectos como las implicaciones fiscales de la transferencia de activos.

¿Por qué es tan relevante realizar una planificación patrimonial?

Con una realidad sociodemográfica tan envejecida como la actual, propiciada por la mejora de la calidad y el aumento de la esperanza de vida, debemos hacer frente al futuro incierto de nuestro sistema de pensiones. Y aquí es donde entra en juego de manera evidente la relevancia de la planificación financiera para la jubilación. Esta etapa, con gran previsión de gasto y limitación de ingresos, se afronta de mejor grado con productos de inversión como planes de pensiones o seguros de ahorro. Otros grandes motivos que justifican su papel decisivo son:

  • Constituye una estrategia de inversión a largo plazo: a través de la planificación aspiramos a la maximización de la riqueza con estrategias a largo plazo adaptadas a nuestro patrimonio, nuestras metas y nuestra tolerancia al riesgo. Estas se centran en activos con rendimientos regulares y estables y permiten aprovechar todo el potencial de la capitalización compuesta, que favorece el crecimiento exponencial de nuestros ahorros.
  • Garantiza la eficiencia fiscal: además de hacer crecer los activos, la planificación los protege y garantiza inversiones con fiscalidad más eficiente que permite, a su vez, minimizar impuestos sobre los beneficios obtenidos a lo largo del tiempo. Un claro ejemplo es la estrategia "buy, borrow, die" (compra, pide prestado, muere), en la que la optimización fiscal se consigue mediante el mantenimiento de una cartera que se aprecia con el tiempo, el uso estratégico del endeudamiento y la transferencia de estos activos a herederos antes de morir, lo que permite disfrutar de los efectos de la capitalización compuesta y minimizar la carga fiscal.
  • Previene ante eventualidades como una incapacidad: desde una perspectiva jurídica, una incapacidad puede tener consecuencias graves, como la cancelación de autorizados en cuentas bancarias, la imposibilidad de recibir nóminas, el bloqueo de operaciones societarias o la posible necesidad de nombrar un tutor. Una planificación patrimonial adecuada evita que esta variable vital afecte lo menos posible a nuestros bienes y asuntos personales. ¿Y cómo lo consigue? A través de mecanismos como la autotutela, el otorgamiento de poderes preventivos, que permite que una persona de confianza pueda decidir en nuestro nombre o la planificación de cuidados a largo plazo, que destina recursos a una necesidad de atención ante una posible enfermedad. Pocos asuntos son más vitales que proteger nuestros intereses y asegurar que nuestras voluntades sean respetadas y cumplidas incluso si no podemos expresarlas personalmente.
  • Protege el legado: velar por el bienestar de nuestra descendencia es una pulsión humana casi involuntaria y la planificación patrimonial se extiende más allá de la individualidad y nos ayuda a conseguirlo. Dentro de las prácticas que se llevan a cabo está la de crear un testamento sólido que reparta nuestros bienes tal y como lo deseamos y proteja a personas vulnerables como menores o personas dependientes

Cómo un buen planificador patrimonial puede marcar la diferencia

La planificación no es una ciencia exacta que aplique de igual forma a cualquier inversor. La personalización de las estrategias teniendo en cuenta el perfil y las circunstancias personales de cada persona son esenciales para garantizar el éxito de la misma. Es muy importante contar con un buen planificador que sepa adaptarse a las diferentes expectativas en cuanto a disfrute y agotamiento de los recursos, a la liquidez que cada perfil genera o a los riesgos que esté dispuesto a asumir.

Por supuesto, también es esencial revisar nuestro plan de forma periódica, cada vez que existan modificaciones en nuestras circunstancias personales, en el contexto socioeconómico o en la legislación fiscal.

5 ideas clave sobre planificación patrimonial

Llegados a este punto, podemos afirmar con firmeza que la planificación patrimonial es el método más eficaz para asegurar el futuro, tanto el propio como el del conjunto familiar. Para tener una buena salud financiera a lo largo de los años, no basta con aumentar de forma progresiva la riqueza. Este esfuerzo se debe complementar (en igual grado de importancia) con el ejercicio de proteger nuestras ganancias para que estas puedan acompañarnos durante más tiempo y de forma más eficiente. Y es más, la planificación patrimonial perfecta consigue incluso que las ganancias generadas nos sobrevivan en el tiempo para poder ser disfrutadas por nuestros herederos.

Centrarnos en el presente es correcto a muchos niveles pero financieramente hablando, ¿hay algo mejor que conseguir prolongar unas condiciones de vida óptimas incluso tras la jubilación? Para empezar con la tuya hoy mismo, estas son las 5 claves sobre planificación patrimonial que debes conocer:

  1. Es nuestra guía financiera: nos ayuda a tomar las mejores decisiones sobre nuestra economía y a pensar con anticipación y estrategia, tanto en el presente como con visión de futuro.
  2. No está reservada a grandes fortunas: la seguridad y la prosperidad financiera que otorga planificar nuestro patrimonio es una aspiración universal, sin importar el nivel de riqueza que se tenga. Es más, contemplarla nos ayudará a generar más.
  3. Despeja las inquietudes sobre el futuro: a raíz de nuestro costoso modelo social, a lo largo de la vida nos enfrentamos a retos demográficos y sociales como el envejecimiento de la población o la cuestionable sostenibilidad de los sistemas de pensiones. Por eso es importante que seamos nosotros mismos, con el asesoramiento de un gestor patrimonial, los que busquemos vías que nos garanticen cubrir nuestras necesidades económicas una vez que dejemos de percibir ingresos por rendimientos del trabajo.
  4. Va más allá de acumular riqueza: entre sus beneficios también se encuentra el proteger y hacer más eficiente el patrimonio que ya tenemos a través de diferentes movimientos: estrategias de inversión a largo plazo, enfoque hacia la eficiencia fiscal y contar con previsión ante diferentes eventualidades que puedan ocurrir, como una incapacidad.
  5. Aportar una gran tranquilidad: en un mundo que nos obliga a llevar un ritmo frenético, el bienestar económico futuro se consigue con una buena planificación a largo plazo que ayuda a incurrir en errores burocráticos o financieros, aportando paz mental también en el presente.

Para no perderse los siguientes capítulos y nuestro podcast de Referentes de Inversión, suscríbase en este link.

Vídeos Relacionados

No se pierda ningún programa

Suscríbase ahora y disfrute del estreno de cada programa en primicia. Además, recibirá de manera totalmente gratuita artículos e informes de inversión elaborados por nuestros expertos.

×