El auge de los mercados asiáticos
Históricamente y por una cuestión de cautela o miedo a lo desconocido, los inversores europeos hemos dejado de lado las crecientes oportunidades económicas que nos ofrecen los mercados asiáticos. En este segundo episodio de Referentes de Inversión analizamos el valor y la diversidad de estas regiones emergentes que están redefiniendo el panorama global de las inversiones.
Referentes de Inversión 2 (T2): los mercados asiáticos
Más allá del papel hegemónico de China como segunda economía mundial, la riqueza y su ejecución se producen en gran parte desde Asia. El continente cuenta con algunos de los principales jugadores globales, como Samsung o Taiwán Semiconductor y contribuye en ⅔ al crecimiento económico global.
Todos estos condicionantes nos invitan a desplazar nuestra mirada inversora hacia el este. Y es que, ante el estancamiento de zonas desarrolladas como EEUU o Europa, la región Asia-Pacífico es, a día de hoy, la más dinámica del mundo, con subidas en sus bolsas que superan el 15%. Aunque los beneficios de estas han crecido de forma discreta, según datos del FMI, la zona muestra un crecimiento sano y consistente que puede llegar al 4,6% en 2024. Una cifra muy relevante si la comparamos con las previsiones de crecimiento global, por debajo del 3%.
En su conjunto, los países asiáticos representan el 50% del PIB global y a continuación, analizaremos algunos de sus mercados más relevantes.
Evolución y contexto económico actual de los mercados asiáticos
Japón
Después de décadas de estancamiento económico, el país alcanza máximos históricos y se encuentra en un punto de inflexión que nos obliga a tenerlos en el foco de nuestras inversiones. Este rumbo positivo parte de reformas estructurales que están revitalizando su economía. Hoy en día se ha roto el círculo deflacionista, ha aumentado el consumo interno y son el tercer mercado de renta variable del mundo por volumen. Y a todo ello se suma la implantación del “método Kaizen” que persigue la mejora de la competitividad y rentabilidad de sus empresas.
China
Tras ritmos de crecimiento demasiado altos, factores como la política fallida de covid cero, la inestabilidad del sector inmobiliario, una menor demanda externa, han generado una gran desconfianza en el consumo interno. Para las autoridades chinas está siendo necesario repensar su estructura económica para garantizar un crecimiento razonable. Estos cambios de sus palancas de crecimiento han generado que, en términos de capitalización, China haya perdido un importe equivalente a 7 billones de dólares (aproximadamente 5 veces el PIB español) desde sus máximos en 2021. Gran parte de su futuro se verá marcado por la agenda electoral estadounidense, por el desarrollo en energías renovables y por el dinamismo de su sector tecnológico que está aumentando a un ritmo que supera el 10% año tras año.
Desde mediados de 2023, el horizonte se vislumbra mucho más estable gracias a las medidas gubernamentales de estímulo económico y fiscal. El objetivo de estas es fomentar el consumo doméstico para reducir la dependencia de la demanda exterior. Y las primeras consecuencias son las previsiones de crecimiento, que se sitúan entre el 4,5 y 4,7% para 2024. A pesar de su guerra comercial con Estados Unidos y de su envejecimiento poblacional, China aspira a convertirse en la principal potencia económica mundial a medio-largo plazo.
Otros mercados asiáticos a considerar
India, estima para 2024 y 2025 un notable crecimiento en torno al 6,5%. Se trata de un país muy complejo en cuanto a estructura social y situación geopolítica y que, además, este año celebra las elecciones más numerosas en número de votantes de la historia. Todos estos factores no han impedido que haya duplicado su economía en 10 años, con un importante crecimiento en su PIB per cápita.
Otras economías aparentemente menores, pero con gran potencial son la indonesia, la filipina o la vietnamita, marcadas por su joven población, las mejoras en infraestructura y las reformas políticas y económicas que favorecen el comercio y la inversión. Además, la demanda creciente de tecnología y productos electrónicos beneficia a regiones como Corea, Taiwán o Singapur que destacan en campos como la tecnología 5G o la inteligencia artificial.
Todas ellas, con sus altos y bajos, son una pieza clave para los inversores que buscan diversificar sus carteras y capitalizar el potencial de crecimiento a largo plazo. Además de sus reformas estructurales, el impulso hacia la sostenibilidad y el avance tecnológico continuarán marcando el desarrollo económico sólido de Asia-Pacífico.
Oportunidades y riesgos de los mercados asiáticos
Llegados a este punto, tenemos claro que la mejor estrategia para triunfar con nuestras inversiones es la mesura y el no dejarnos llevar por las tendencias. Para esto es esencial conocer cuáles son los impulsos y los desafíos que marcan el crecimiento económico de los mercados asiáticos.
Empezando por las oportunidades, su gran dinamismo y crecimiento ofrece oportunidades de inversión únicas, motivadas por:
- La menor atención analítica de sus mercados: esto puede ser un gran aliciente para los inversores que buscan descubrir empresas con un potencial de crecimiento significativo que aún no han sido valoradas por el mercado.
- Su diversificación geográfica: Asia es un continente inmenso con economías en diferentes etapas de desarrollo y sectores muy amplios (manufactura avanzada, tecnología, servicios financieros, turismo…) Esto consigue mitigar riesgos y aprovechar el crecimiento en varios frentes.
- Un crecimiento económico y demográfico: impulsado por una población joven, creciente y cada vez más urbanizada. Esto sumado al aumento de la clase media, favorece la demanda de bienes, servicios y tecnologías innovadoras.
- Políticas Gubernamentales Favorables: destinadas a atraer inversión extranjera, mejorar la infraestructura y fomentar el crecimiento de sectores clave.
- Numerosos sectores en auge: Asia es el epicentro de la producción electrónica (semiconductores, dispositivos móviles o componentes). Otras áreas que están marcando el presente y el futuro son la automoción y vehículos eléctricos, con China como mayor exportador mundial de VE, y el turismo que, tras el parón pandémico, afronta perspectivas de crecimiento sólidas.
En cuanto a los riesgos que pueden comprometer el crecimiento de los mercados asiáticos se encuentran:
- La inestabilidad geopolítica: sus diferentes conflictos en la Península de Corea, Mar de China Meridional, Estrecho de Taiwán o la frontera India-China podrían escalar a conflictos comerciales o militares.
- Tendencias demográficas: el envejecimiento de parte de su población, la urbanización poblacional y los cambios en su juventud pueden ser también problemas que impacten las presiones ambientales, en los costes de seguridad social o en la escasez de mano de obra.
- Cambio climático: sus países contribuyen significativamente a las emisiones globales por lo que es esencial equilibrar el desarrollo con medidas ambientales y promoviendo el uso de energías renovables.
- Futuros recortes en las tasas de interés: sugeridos por la Reserva Federal estadounidense, podrían causar volatilidad en los tipos de cambio y afectar a sus economías, especialmente a exportadores como Corea.