Balance tras los primeros 100 días de mandato de Trump
Como ya se preveía, el arranque de la nueva administración estadounidense ha estado marcado por una actividad frenética en cuanto a titulares, aranceles y negociaciones entre países que han propiciado un entorno económico muy cambiante en el que la máxima siempre debe ser la calma y mantenerse invertido. En este tercer episodio de la tercera temporada de Referentes de Inversión, recordamos los principios del buen inversor ante cualquier contexto económico cambiante. Desde la diversificación de mercados, sectores y divisas al enfoque de las inversiones a largo plazo pasando por la adaptación del perfil de riesgo a la situación personal y objetivos financieros.
Referentes de inversión: la negociación arancelaria marca la estabilidad financiera
De la conversación de Alejandro Vidal y Rosa Duce en este episodio, podemos extraer conclusiones esperanzadoras de cara a nuestro plan inversor. Desde la mayor estabilidad de los mercados a unos datos más consolidados de cómo está evolucionando la economía y los beneficios empresariales.
No quiere decir que la elevada volatilidad que hemos visto en marzo y abril haya desaparecido. Pero sí que se han dado movimientos, como la decisión el 9 de abril de aplazar los aranceles recíprocos hasta el mes de julio, que han aliviado a los mercados. Este gesto ha abierto un proceso de negociación entre los diferentes países (a excepción de China que sí que ha reaccionado con contundencia ante sus aranceles del 10%) que ha aportado cierta calma que incluso podría alargar esta prórroga arancelaria.
En países como Japón, India o Corea del Sur podemos apreciar conversaciones más avanzadas mientras que en otros como México o Canadá la situación es más complicada por el acuerdo de libre comercio que existe entre los 3 países. Se trata de un gran paso inicial, aunque de momento tampoco nos permite hacer grandes valoraciones.
El mercado y las casas de inversión reconfiguran el escenario económico
Todo este escenario de órdagos arancelarios que ha marcado el arranque de la administración Trump, se ha traducido en una necesidad de las casas de inversión por reconstruir los escenarios. En este momento, el mercado cuenta con un soporte de datos y previsiones mayor y desde Deutsche Bank hemos optado por revisar algo a la baja las previsiones de crecimiento. Afortunadamente, seguimos viendo un escenario de recesión lejano, aunque la dilatación de las negociaciones entre países obliga a mantener la prudencia. Existe la sensación de que se va a llegar a un acuerdo y aunque la tasa arancelaria de Estados Unidos será más alta de la que tenemos ahora (en torno al 3-3,5%), no se trata de un mal escenario.
Por otro lado, los datos del primer trimestre también arrojan positividad. La principal sorpresa viene de China y Europa, con un crecimiento bueno. En el caso de Estados Unidos, aunque la cifra ha sido negativa, la realidad es que, en gran parte, se debe al crecimiento de las importaciones, ante el anuncio de posibles aranceles. El principal problema en este caso es la falta de visibilidad sobre la situación arancelaria, que hace que las encuestas de confianza den a entender que la economía se está frenando en Estados Unidos. Lo cierto es que los datos, aunque seguirán bajando, no lo harán hasta un punto de recesión. Y por nuestra parte, se han revisado hasta dejar este año en torno al 1% para Estados Unidos y en torno al 0,8% para Europa. En ambos casos, la previsión es que el año 2026 sea mejor.
El papel de los bancos centrales ante las previsiones de crecimiento
En este contexto de menor crecimiento, en el corto plazo se aprecia cierta inflación. Y esto obliga a los bancos centrales a estar alerta. En el caso de Europa es más sencillo, ya que para el BCE las cifras están siendo bastante favorables. La bajada del precio de la energía y la apreciación del euro le permite bajar más los tipos y la previsión es que se queden en 1,75 tras su reunión de junio.
Algo más difícil es el papel de la Reserva Federal, que cuenta con mucha presión desde la administración americana para bajar los tipos. Lo más probable es que ocurra a finales de año (con rebajas de 50-75 puntos, que dejarán los tipos en torno al 3,5%) pero cuenta con mucha menos visibilidad con respecto a la inflación y las cifras en Estados Unidos siguen siendo altas.
Todo este escenario tiene reflejo en los mercados y desde Deutsche Bank, nos gustaría destacar 2 mensajes importantes. El primero es que creemos que las caídas no van a ir mucho más allá, hasta un punto de recesión. Se trata solo de una distorsión, aunque no podemos esperar una recuperación rápida en V como la que se experimentó el pasado febrero. El mercado está menos volátil y con tendencia a la recuperación, aunque progresiva. Y el segundo es que estamos viendo carteras más diversificadas, que apuntan a geografías más allá de la americana, sectores más allá del tecnológico y otras divisas más allá del euro.
Lo que parece estar claro es que la fecha marcada en el horizonte es el principio de julio, cuando termina la prórroga arancelaria. En este período, en el que no habrá visibilidad de las diferentes negociaciones, pueden generarse dudas y cierta volatilidad.